Los geólogos hallan indicios de una catarata en el Mediterráneo

Al alcanzar el estrecho de Sicilia, se habría formado un salto de 1,5 kilómetros. Una inundación habría llenado el Mare Nostrum hace cinco millones de años

Una descomunal catarata se formó en medio del Mediterráneo hace 5,3 millones de años, según un estudio publicado en Scientific Reports. Así lo demostrarían la forma del cañón de Noto –una estructura hoy emplazada bajo el mar entre Malta y Sicilia– que habría sido excavado por esa cascada; y una gran extensión de sedimentos descubiertos a sus pies, que serían los residuos arrastrados por el salto de agua.

La cascada es el rasgo más espectacular de la megainundación que llenó el Mediterráneo en un par de años, según la teoría seguida por el artículo. Primero, el estrecho de Gibraltar se habría cerrado causando la disecación del Mare Nostrum hace seis millones de años. Luego, el tapón habría saltado y una descomunal cantidad de agua se habría vertido desde el Atlántico, bajando por la pendiente que estaba detrás del estrecho. En pocos meses, la cuenca occidental del Mediterráneo se habría llenado y el agua alcanzado el estrecho de Sicilia, donde se emplaza la barrera que la separa de la más profunda cuenca oriental. Aquí se habría producido un segundo vertido de agua, esta vez en forma de cascada alta de 1,5 kilómetros.

El estudio refuerza la hipótesis de la megainundación del Mediterráneo, presentada por primera vez en el 2009 por diversos investigadores, entre los cuales Daniel García-Castellanos, del Instituto de Ciencies de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC) de Barcelona.

Todos los investigadores consultados, incluyendo Castellanos, matizan que ese relato debe considerarse aún como una hipótesis. «Es un trabajo bonito, sobre todo por la calidad de los datos que emplea», comenta Giuliana Panieri, geóloga de la Universidad Ártica de Noruega. «Es excelente, pero solo un muestreo de los sedimentos podrá despejar las dudas», añade Maria Angela Bassetti, catedrática de geología de la Universidad de Perpignan.

«Que el Mediterráneo se disecara es algo sobre lo que discutimos desde hace 30 años», explica Bassetti. En los años 70, se detectaron estratos de sal de kilómetros de grosor en el subsuelo debajo del Mediterráneo. El hallazgo atestigua la gran crisis de salinidad ocurrida en el Messiniense, hace seis millones de años.

A partir de aquí, las opiniones divergen. «Nosotros creemos que la crisis se debe a que el Mediterráneo se disecó por evaporación, a raíz del cierre del estrecho de Gibraltar, y luego se volvió a llenar con una megainundación en el periodo Zancliense», explica García-Castellanos, basándose en medidas y modelos teóricos.

Hay indicios de que algunos animales pudieron cruzar el mar a pie, pero muchos científicos no creen en la disecación, sino en un gran aumento de la densidad de sal. Otros cuestionan la inundación. Tampoco hay acuerdo sobre si hubo cierre del estrecho y si lo causó un movimiento tectónico o una bajada global del nivel del mar.

«La teoría de la megainundación se nos ocurrió enseguida cuando hallamos, en unas topografías del fondo del Mediterráneo, evidencias de un canal en el acantilado de Malta», explica Angelo Camerlenghi, del italiano Instituto Nacional de Oceanografía, coautor del artículo. En una expedición del 2015, Camerlenghi halló una gran bolsa de sedimentos a los pies del cañón de Noto, que recorta ese acantilado.

«El cañón tiene la forma de herradura causada por inundaciones», observa Daniel García-Castellanos. «Los depósitos no tienen capas y son transparentes a las ondas sísmicas», prosigue. Todos estos rasgos apuntan a que se descargaron en un tiempo muy corto. En estos momentos, el equipo está buscando financiación para poder perforarlos y confirmar que se trata realmente de materiales erosionados.